miércoles, 16 de junio de 2010

Declaración de las Editoriales Independientes Mexicanas



La primera Feria del Libro Independiente, que reunió durante 15 días a 50 sellos editoriales mexicanos en la Librería del Fondo Rosario Castellanos, ha mostrado la vitalidad de un fenómeno editorial con gran tradición en México y ha subrayado el papel de la edición independiente como un factor decisivo para la diversidad cultural.

Una lógica concebida cada vez más desde criterios puramente comerciales ha llevado, entre otras cosas, a un proceso de concentración empresarial en el mundo del libro que pone en peligro no sólo la producción local en México, sino también la bibliodiversidad, un valor reconocido internacionalmente por instancias como la UNESCO. En contraste con esta tendencia de alcance global, las editoriales independientes se distinguen por la producción de libros concebidos para leerse, para perdurar, dirigidos a los lectores y no exclusivamente a los consumidores. Libros con espíritu de riesgo, que apuestan por propuestas diferentes, por autores y temas heterogéneos, más allá de las modas y las prisas del mercado, y que de no ser por la existencia de estas iniciativas difícilmente podrían editarse y llegar a los lectores.

La experiencia de esta primera feria pone de manifiesto la fuerza que tiene el trabajo asociativo de las editoriales independientes, y también deja en claro que lejos de desvirtuar su papel y sus propósitos, la colaboración con instituciones públicas —en este caso el Fondo— ha resultado de provecho para ambas partes, y en particular para los lectores, quienes durante los quince días que duró la feria vieron ampliado significativamente su horizonte de lectura, con una oferta de más de 1,500 títulos que no siempre encuentran los mejores espacios de exhibición y distribución.


Los editores independientes participantes en esta primera feria declaramos:

Que la cultura —y en específico el libro y la lectura— deben considerarse un eje central del desarrollo y la transformación social, y que para ello es decisivo que se tomen en cuenta los proyectos alternativos que sirven de contrapeso —y en buena medida de resistencia— al giro, a veces avasallante, hacia la uniformización y hegemonía cultural.

Que la legislación en materia cultural debe ser equilibrada y velar tanto por los derechos de autor como los del lector, garantizando el acceso al libro y a la cultura escrita, y promoviendo aquellos proyectos que enriquezcan la pluralidad y la producción local.

Que a través de programas y acciones concretas ha de compensarse la enorme desigualdad en el intercambio del libro entre México y España, así como propiciar la circulación e intercambio en el orbe latinoamericano.

Que asumimos el compromiso, compartido con las instituciones públicas, de acercar el libro a los lectores y de colaborar en prácticas de fomento a la lectura que no sigan modelos verticales y autoritarios.


Asimismo, manifestamos:

Que como un colectivo horizontal y diverso de sellos editoriales nos interesa participar en la planeación de políticas y acciones públicas que hagan del libro uno de sus ejes rectores, en las cuales se respete la identidad de las propuestas independientes.

Que nos parece urgente la colaboración entre los muchos actores que intervienen en la cadena del libro a fin de establecer y aplicar políticas públicas que promuevan y al mismo tiempo den viabilidad a la industria independiente y nacional del libro.

Que es necesario impulsar la circulación del libro independiente en condiciones de equidad, a través de una mayor y más duradera exhibición de los libros mexicanos en las librerías del Estado, a través de medidas de fomento para librerías y editoriales independientes, y de permitir una representatividad activa de estas iniciativas en las estrategias actuales de promoción de la lectura.

Que es prioritario dar continuidad, aplicar y cumplir en toda su extensión la ya aprobada Ley del Libro, con la generación de programas específicos que impidan que sea letra muerta.

Que para las editoriales independientes los cambios tecnológicos en el mundo del libro y la facilidad de acceso e intercambio digital representan una oportunidad pero también un desafío, que entre otras cosas obligan a un examen de las leyes vigentes en materia de derechos de autor y a repensar las estrategias de fomento a la lectura y la concepción misma del libro.


Por último, nos comprometemos:

A seguir enriqueciendo la bibliodiversidad con libros bien editados, audaces y diferentes, en los que se priorice la publicación de autores y géneros desatendidos pero de calidad.

A dar continuidad a los proyectos de difusión y distribución en conjunto de las editoriales, tanto a través de ferias itinerantes como de redes y alianzas solidarias, con el objetivo de lograr una mayor visibilidad del libro independiente a nivel regional y nacional.

A construir mesas de diálogo, análisis y trabajo entre las editoriales independientes y las instituciones públicas, para el diseño de una política del libro que reconozca y promueva su carácter plural y heterogéneo.

México D.F. a 15 de junio de 2010

2 comentarios:

Q dijo...

Los cuervos croan. De entre las vastas dimensiones del cultivo de trigo asoma un espantapájaros. Habrá comida para rato. La alacena y el pecado, dicen los entendidos. Quizá por ello los puritanos, en medio de sus costales repletos de granos, comen con la boca chiquita y cagan chiquitito también. Pero el terror y la peste que reproducen se incrementa y se afirma de manera tan contundente que los portadores del bien son el mal personificado de tal carencia, la del almacenaje, la seguridad, el plan, el día, la bendición, the smile of God, the way of live, the true of trust. Y de los no puritanos. En Estados Unidos, como en la mente de cualquiera de sus productos, se presenta el mal de la libertad. En la Grecia antigua, por ejemplo, que no era Roma, se presentaba entre los hombres el bien de la libertad. Quien posee el bien posee el mal. Quien no posee el bien no posee el mal, pero lo padece, lo ejerce y lo sustenta. Lo que se ostenta sin saber qué sea lo que se está ostentando pero el estar seguro de ser uno quien es el que lo ostenta. Es curioso que conforme la geografía es recorrida con el dedo hacia el norte, podemos comprobar que la presencia del Diablo en los estados norteamericanos va menguando, aunque podamos comprobar casos aislados como los de Massachusetts, donde las nomenclaturas de sus distintos puntos de referencia tienen una vaga resonancia infernal. Sin embargo, estados como Texas, o como Arizona, sin haber sido bautizados con nombres respetables (todo lugar es un misterio y todo misterio va definido, entre otras cosas, por las voces, acciones y comportamientos que en él se desarrollan y extinguen), a no ser para mentes demasiado salidas de la regla o demasiado extrañas, se han vuelto famosos por las clases de eventos, a veces históricos, que en ellos se han dirimido. En muchas de las caricaturas de ese país, por lo demás, podemos comprobar que son lugares en que algunos han ido a despojarse de las dinamitas (quizá sólo por haber llevado demasiadas en el bolsillo) para jamás volver, no sé, acaso impulsados por una campaña militar muchas veces autodirigida. ¿A qué le tenemos miedo? A nuestra sombra sí, pero, ¿quién constituye nuestras sombras? ¿qué es un acto reflejo? Nos daremos cuenta, si seguimos bajando en el mapa, que hay quien se ha dado cuenta que es su propio enemigo, lo que siempre ha posibilitado, en la literatura y el arte y la cultura, por lo menos, obras, precisamente, personales, es decir diferentes a la globalidad y al mercado y a lo que son los productos, mismas donde comprobamos la acción de la violencia sin la odiosa presencia del ruido, sin que ello signifique que no captemos el silencio que nos invita a precavernos de las minas con que alguien a tenido el gusto de sembrar en el camino, sin demasiadas asociaciones, digamos, obvias y, por lo tanto, dos veces violentas, y, a veces, incluso reminiscencias de cocina verdadera.

Q dijo...

Esto viene a cuento de una historia que supe que sé desarrollo en Wethersfield, donde la madre tuvo una hija que tuvo una hija cuando había cumplido la edad en que la madre la había parido, fecha en que el reverendo entro a la casa para informarse del estado de salud de la cría como de la cabeza, que había muerto. Pero la niña creció y cuando llegó la fecha esperada por el reverendo, fue a visitarla para encontrarse con la sorpresa de que esta había dado a luz a una niña muerta. El juicio no duró mucho y todos estuvieron de acuerdo en ahorcarla. No mucho después el reverendo padre y pastor de su rebaño se ahorcó también. Las coincidencias tienen ese carácter fantasmagórico de lo que se regenera en la memoria y, a veces, en el organismo, bajo la forma de enfermedades y en otros casos de pandemias, como la de la peste de un medievo tardío, mal padecido en nuestros días en lugares terminales, lugares, digamos, preconcebidos. Y ahora que lo pienso, no es, después de todo, tan azaroso que allí, en el espacio que el Mundo ha elegido como vertedero, como fábrica e industria de problemas tratados por economistas chinos de hace milenios, como el de la exportación, la importación, la transformación y, sobre todo, la fluctuación oferta-demanda, se sigan discutiendo temas como el del creacionismo, pues es natural que se sientan algo paranoicos, tal vez algo aludidos por una pupila que no atinan a reconocer más que en el más allá de la refracción de un espejo (en China, se sabe, la idea del desperdicio es muy estimada e incluso conceptos obscuros como el de naturaleza forman parte de esa licuefacción climatológica de lo que es lo abundante) pues, después de todo, he reflexionado un par de veces mientras logro escurrir también una lágrima en el momento de la deyección, la industria de la basura (de entre todas las cosas lo que no existe por excelencia) es algo tan necesario que qué mejor que limpiarnos el ano con papel de baño cuyos cuadrados tengan impresos (existe una guerra cuyo mercado es la imprenta) rostros sonrientes, llanamente libres, despreocupados, quitados de la pena en un mundo que entienden y que dominan y que está para servirles (el Mercado puede sustentarse sin tu ayuda, parece decirnos Uncle Sam mientras nos amonesta por enlistarnos a sus filas). “Sólo un dios puede violar a una tipa en pleno cinco de la tarde”, me dijo mi amigo, tristemente ya no entre nosotros, mientras caminábamos ésa tarde de ventiscas que muchos hubieran calificado de bradburyana, por el parque de asfalto como si estuviésemos recorriendo el lugar de una cosecha cuyas personas son la cosecha, y contemplábamos, en el punto de la perdición perspectiva, a una gorda gringa gritando a los cuatro vientos algo así como “pinche traidor de mierda puto me abandonaste miserable pendejo dios.”