jueves, 19 de noviembre de 2009

La acústica del cráneo

Estética de larvas
Muchas veces la larva de una idea impresiona más que su desarrollo, y entonces clavamos un alfiler en su cuerpo para así capturar la posibilidad en estado puro, esa fase de promesa, de inminencia, que precede a la mosca y su fastidio habitual.

El rasero de Hugo Ball
Estar dispuestos a que todo lo que damos a la imprenta pueda también ser tatuado en nuestra piel.

Leyes contrarias
Distintas y aun contrarias son a veces las leyes que rigen dentro y fuera de la caja del cráneo. Mientras más ahuecado y vacío sea el recinto que acoge las palabras, menor será la resonancia y la durabilidad de su eco.

La condena del juicio
No decidir, no comprometerse, ni siquiera calificar… A tal grado pesa sobre nuestros hombros la condena del juicio que nos rebelamos fingiendo una suerte de vacío evaluativo, una parálisis de nuestras facultades, una neutralidad babeante.

Uroboros
¿Por qué una idea se contenta con morderse la cola, cuando podría continuar su labor hasta indigestarse de sí misma y alcanzar la perfección de desaparecer?

La decadencia de la queja
La queja es la forma más elemental del pensamiento, hasta el punto de que no se distingue del bufido. Al artista de la queja, en consecuencia, sólo le quedan los aspavientos del mimo.

El embotamiento de la ligereza
La debilidad del juicio, la pereza en el discernimiento, el cinismo en la improvisación, han hecho que rindamos tributo a los olvidos rápidos. En vez de detenernos a experimentar el paso de las cosas por nuestro paladar crítico —o bien apurarlas con el trago de la mala leche— preferimos saltar cuanto antes a lo que sigue y de allí a lo que sigue y de allí...

Agonía de la polémica
Aun las posiciones más encontradas entre sí recurren a las mismas palabras y estrategias argumentativas como si se trataran de talismanes. Y no hay que esperar mucho para que acaben hermanadas en el espejo del aburrimiento.

Hartazgo de la significación
Esa expresión lerda y desdeñosa a la que llegan, al final del día, las manos de los mudos.

Apariencia de lo definitivo
Una publicación puede parecer redonda y acabada, pues se la juzga con la misma distancia con la que juzgamos a los muertos. Pero para el autor esa misma obra, como la vida antes del retoque de la muerte, era algo imperfecto, vacilante, un lugar en el que reinaba la promesa.

Duelos en verdad sentidos
La burla es un vínculo más poderoso que el odio. La desaparición del blanco de nuestros sarcasmos amputa una parte importante en nosotros.

Distancia artificial
Escribo hoy con el pie para alejarme de lo que pienso.

Dar la espalda a la melodía
Con sonidos distantes y dispersos no puede aspirarse a una melodía. La ruptura del discurso, el rechazo de la linealidad e incluso la tensión interna que se crea mediante la acumulación de unidades autónomas, produce un efecto parecido al de las percusiones, al estruendo aislado de un platillo, de un triángulo, de un gong, o, tal vez mejor, al efecto inesperado y a veces risible del triángulo después del gong.

Sentimientos fraternales
¡Oh lector, mi semejante, mi hermano. No sabes cuánto me satisface no tener que conocerte!

3 comentarios:

marcelo dijo...

Hola, Luigi.
Me gustaría contactar contigo vía e-mail, ¿podría ser?
marcelo@marcelolujan.com

Un saludo,

Javier Mardel dijo...

Leí hace unos días La derrota de la palabra. Hasta ahora, ya en la pantallita de los comentarios, ni me había percatado del título de esta entrada. No te sorprenderá que con ésta me hicieras recordar dos que tres cosas de allá. Con lo de la acústica, sobre todo.

Llegué por casualidad a tu bló, ahora ya no se me pierde.

Seguro tú no me recuerdas (nos presentó JFH en la funda), pero no mimporta. Igual te envío el saludo que en persona te haría.

Unknown dijo...

Me voy a Twitter. Ahí seguro encontraré gritos, quejas y lamentos más auténticos que esto.